Un saquito de té de más, una pizca más de hebras de té, y a los pocos minutos sabe amargo. El agua muy caliente, y el limón que se usó sin cáscara: ¡chau mate!¡se lava en pocos segundos!. El desafío de encontrar limones buenos en pleno verano, cuando pese al calor se desea tomar un mate de té. Ver el sol, sentir su tibieza de invierno y querer saborear un mate de té. Juntar burrito o cedrón, dejarlo secar en un tarrito o tener siempre a mano una planta -en el patio propio o el ajeno-. Dejar secar las perfumadas y espiraladas cáscaras de naranja o guardar los restos de manzana para sumarlos al rico mate. Una acomodada de bombilla que transforma ese matecito en un chasco...
Sinsabores y sensaciones del mate de té. Tan entrerriano, tan nuestro, que necesitaba tener su festival.
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